domingo, 23 de abril de 2017

El mas valioso e importante de tus cheques

El mas valioso e importante de tus cheques

Soy afortunado  Casi todos los días deposito un cheque en mi cuenta y te confieso que me hace muy feliz. Quienes los emiten suelen ser personas que no conozco personalmente, pero en estos tiempos digitales y superconectados, esto jamás ha sido problema. A cada uno de ellos les estoy profundamente agradecido. Sus regalos llegan en divisas que no son canjeables en el mercado (aunque para mí valen oro) y sin llevar una cuenta exacta mi estimado es que soy millonario.
Estos cheques llegan por diversas vías. Email, comentarios en redes sociales, llamadas telefónicas o encuentros casuales. Por lo general vienen firmados con una sonrisa, o mejor aún, con un abrazo. En ocasiones tanta generosidad me causa cierto sonrojo, pero he descubierto que así como debemos dar, también debemos aprender a recibir. ¿Y qué hago con esta fortuna? Escribo mis cheques para otras personas, pues he comprobado que mantener la energía en circulación incrementa nuestra prosperidad.
Todas estas personas me entregan sus cheques por algo que han escuchado, leído o experimentado por mi trabajo. Honestamente, no puedo imaginar mejor pago. Lo que posiblemente no saben estas personas es que sus gestos llenan de sentido lo que hago. Verás, para alguien que se define como un comunicador nada es más importante que establecer relaciones, y si estas se convierten en relaciones enriquecedoras para todos, el círculo es no solo virtuoso. También es sabroso.
¿Crees que soy del 1%? Nada más equivocado. La riqueza de la que te hablo está mucho mejor distribuida de lo que piensas. Y seguramente tú también recibes muchos cheques cada semana.
¿Que no los has visto aún? Fíjate bien. Está pendiente, porque si no afinas la atención podría suceder que te los entregan, pero los dejas caer al piso. Tómalos y dales su justo valor; no te dejes engañar por las apariencias. Por último, recuerda depositarlos con un talonario de agradecimiento para reinvertirlos en un 100%.
¿Que con esto no haces mercado? Sí y no. Convertir esta riqueza en material contante y sonante requiere de otras matemáticas. Es cierto que la tasa de cambio no permite canjear este pago emocional por un auto o la renta del mes (así son los intangibles) pero sí alcanza para llenar el pozo de la contentura. Y de allí puedes beber cuando quieras.
Aprender a valorar los intangibles me ha permitido disfrutar mucho más el trabajo diario. Te confieso, en la vida he tenido etapas más lucrativas (si hablamos de dinero en el banco), pero ninguna ha estado tan llena de la riqueza que la gente me extiende y que intento devolver en cada oportunidad. Además, se que toda siembra toma su tiempo y se acerca el momento de cosechar: así como veo una curva ascendente en los indicadores de satisfacción, pronostico una correlación positiva en los ingresos económicos derivados (si me permiten el fraseo pseudofinanciero).
En otras palabras. Trabajo todos los días en lo que me gusta porque me gusta y vivo de ello. Y espero vivir cada vez mejor. Pero al final de la semana (en las buenas y las malas) nada es más valioso que ese cheque de amor que llega para recordarme que tanto esfuerzo ha servido a alguien, para algo, de alguna forma.
Estoy seguro de que tú también dejas con tu trabajo cosas buenas a muchas personas. Y que producto de ello estás recibiendo un pago intangible. ¿Estás recogiendo tus cheques, o los dejas tirados en el piso?
Lleva tu balance de manera integral. La chequera emocional es tan importante como la cuenta corriente. Si le das su justo valor sumarás varios ceros a la derecha. Pero recuerda, no es para aguantarlos en el bolsillo (o el corazón) Esa riqueza es para soltarla agradeciendo por todo lo recibido.
Y así hay cada vez más, para todos.
Por: Eli Bravo


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